¿Por qué necesito un mediador concursal para acogerme a la Ley de Segunda Oportunidad?

mediador concursal

La Ley de la Segunda Oportunidad es un recurso cada vez más utilizado por particulares y autónomos que buscan una fórmula eficaz que evite arrastrar deudas de por vida. Esta ley está pensada para que las personas que se encuentran en una situación de insolvencia puedan llegar a un acuerdo extrajudicial de pagos o solicitar el Beneficio de Exoneración de Pasivo Insatisfecho (BEPI).

Si decides iniciar este procedimiento, tendrás que seguir los pasos que indica la ley. Uno de ellos es nombrar un mediador concursal para que negocie el acuerdo extrajudicial de pagos.

¿Qué es un mediador concursal?

El mediador concursal es el profesional especializado en conseguir un acuerdo extrajudicial de pagos entre el deudor y los acreedores. Esta figura surgió en 2003, cuando se promulgó la Ley 22/2003, de 9 de julio, aunque no era exactamente igual a como la conocemos hoy día.

Con el Real Decreto Ley 1/2015, de 27 de febrero, entró en vigor la Ley de Segunda Oportunidad que permite reducir las cargas financieras de toda persona insolvente. Desde ese momento, la figura del mediador concursal se ha ido dando a conocer como elemento imprescindible en las negociaciones con los acreedores.

¿Por qué necesitas un mediador concursal?

El mediador concursal es un requisito imprescindible en el momento en el que decides comenzar el procedimiento de la Ley de Segunda Oportunidad.

Este profesional, que será el encargado de conseguir un acuerdo entre las dos partes implicadas, se puede nombrar de dos formas distintas:

  • Si quien se acoge a la Ley de Segunda Oportunidad es una persona física, es decir, un particular, el mediador concursal será designado por el notario a través del que se solicitó el procedimiento concursal.
  • Si el procedimiento es iniciado por un empresario, será el registrador mercantil quien se encargue de nombrar la figura de mediador concursal.

En ambos casos, su función será la misma: comunicar las propuestas de acuerdo entre las partes para llegar a un entendimiento.

El mediador recopila toda la información sobre la situación en que se encuentra la persona afectada para conocer a fondo todos los detalles. De esta forma, puede proponer un pacto justo y realista, que puede consistir en reestructurar la deuda o refinanciarla.

Su labor puede evitar que tengamos que llegar a juicio. No obstante, cuando no consigue llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, el siguiente paso se dará en los juzgados. En ese momento, se podrá solicitar la cancelación de todas las deudas pendientes que no puedas satisfacer.

¿Estás viviendo una situación angustiosa porque no puedes hacer frente a tus deudas? No esperes más y contacta con nosotros.

La Ley de Segunda Oportunidad te ayudará a empezar de nuevo sin arrastrar cargas toda tu vida.